
Según los registros pluviométricos de la Municipalidad, entre las 6.40 y las 17 de ayer cayeron 280 milímetros. En total, en los últimos cinco días, la lluvia acumulada supera los 600 milímetros, cuando el promedio para diciembre es de apenas 170 milímetros. Esto causó el anegamiento de calles y avenidas de numerosos barrios. No hubo circulación de colectivos y tuvieron que ser evacuadas unas 160 personas.
En los últimos días del año, la Ciudad de Corrientes atraviesa una emergencia hídrica sin precedentes, impulsada por una serie de eventos pluviales extraordinarios que saturaron por completo la capacidad de absorción del suelo y los sistemas de drenaje. Esto generó un colapso urbano que ayer, en plena Navidad, afectó a gran parte de los barrios citadinos, cuyas calles y avenidas quedaron bajo agua por varias horas, con el consecuente perjuicio para viviendas, vehículos e incluso la circulación de las líneas de colectivo fueron suspendidas, paralizando la movilidad urbana.
En diálogo con diario época, el Subsecretario de Gestión Integral de Riesgos de la Municipalidad, José Pedro Ruíz confirmó que la magnitud de las precipitaciones superó con creces cualquier registro histórico reciente.
De acuerdo a sus conceptos, el panorama es dramático en términos de acumulación. Desde las 6.40 y hasta las 17 se registró 280 milímetros de lluvia. Si a esta cifra se le suma lo caído entre el domingo y lunes, la ciudad acumula cerca de 620 milímetros en menos de cinco días.
Ruíz fue enfático al contrastar estos números con la estadística oficial: «La lluvia promedio mensual para el mes de diciembre son de 170 milímetros». Esto implica que la ciudad recibió casi cuatro veces el total esperado para todo el mes en apenas unos días. El Subsecretario destacó que, sumando la lluvia del 8 de diciembre (79 milímetros), la saturación es absoluta.
«Estamos pasadísimos de agua», declaró Ruíz, señalando que la humedad del suelo ya no permite la absorción, forzando a que el líquido permanezca en superficie y dependa exclusivamente de un sistema pluvial que «cuesta desagotar».
La inundación afectó a numerosos barrios y arterias principales, demostrando la virulencia del fenómeno. Según Ruíz, entre las zonas más golpeadas estuvieron: La Olla, Punta Taitalo y San Ignacio. Sin embargo, el anegamiento se extendió a arterias clave de la circulación: Chacabuco, desde Ferré hasta Cazadores. Ferré, entre Chacabuco y Brasil. 3 de Abril y España. Sectores en los barrios Santa Teresita y Santa Rosa. Zonas como Tacuarí y Cazadores, y el cruce de El Líbano y Sarmiento. Calles con escurrimiento muy lento como Laprida, Ayacucho y Armenia, precisamente en cuadras adyacentes a Tipoití.
Incertidumbre
Uno de los aspectos más preocupantes señalados por el funcionario es la total imprevisibilidad del clima reciente. Ruíz expresó un «desconcierto muy fuerte», ya que los pronósticos se incumplieron sistemáticamente: La lluvia de ayer, pronosticada en 80 milímetros, resultó ser de 280 mm.El domingo, que se esperaba tranquilo, registró 160 mm (frente a 30 mm previstos). El lunes, que se proyectaba como el día más lluvioso con 40 mm, acumuló 147 mm.
«Superó todo, todo, todo porque uno no espera esta cantidad de agua», sentenció Ruíz, indicando que la infraestructura estaba preparada para una lluvia normal, pero no para un evento de esta magnitud histórica.
A pesar de la magnitud del desastre, el Subsecretario confirmó una noticia fundamental: no se registraron personas lastimadas ni víctimas fatales. El personal municipal, según Ruíz, trabajó» sin descanso» desde las 4 o 5 de la mañana del domingo hasta el momento de la comunicación, demostrando un compromiso total.
En cuanto al número de evacuados, el Subsecretario indicó que, hasta el cierre de esta edición, eran 140 las personas alojadas en la escuela N°275 y 20 en el Centro Integrador Comunitario (CIC) del barrio San Ignacio.
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