Córdoba: otra niña falleció por muerte súbita y ya son 6 los casos este año

La comunidad del barrio Ituzaingó está conmocionada por la pérdida de una menor de 12 años. Vecinos y expertos alertan sobre la importancia de controles médicos y medidas de prevención ante estos casos repentinos.

Este miércoles, una niña de 12 años falleció en su hogar en la zona conocida como Los Cuarenta, en barrio Ituzaingó. Según los vecinos, la menor no estaba realizando ninguna actividad física cuando comenzó a sentirse mal y murió de manera repentina.

Dalma, una vecina que conocía a la familia, expresó a Cadena 3: «Nos sorprendió y conmocionó a todos. Nos preocupa mucho porque todos tenemos hijos». La noticia genera temor e incertidumbre en los habitantes del barrio, que sienten la cercanía de la tragedia.

Con este caso, ya son seis los episodios de muerte súbita infantil registrados en Córdoba durante este año. La recurrencia de estos hechos despierta preocupación entre padres y autoridades sanitarias.

Prevención y cuidados recomendados

La doctora Beatriz Scarpari, especialista en cardiología (MP 1493 ME 582), explica que la muerte súbita se produce cuando una persona aparentemente sana sufre una parada cardíaca repentina, y aunque es más frecuente en adultos, también puede ocurrir en niños y adolescentes.

Según la especialista, «la mayoría de estos episodios suceden en ámbitos extrahospitalarios, en deportistas puede darse en lugares de entrenamiento o competencia y en la población general en la vía pública, en un centro comercial, o en la propia casa».

La experta destaca que hay señales de alerta que no deben ignorarse: desmayos, mareos, dolor en el pecho o palpitaciones, sobre todo durante la actividad física. «Juntos o separados, estos síntomas podrían indicar un problema cardíaco que, de no tratarse, puede desencadenar un desenlace fatal. También los antecedentes familiares son muy importantes, sobre todo si hubo muerte súbita en alguien joven», agrega Scarpari.

Controles y chequeos recomendados

Según Scarpari, los estudios obligatorios en escuelas y clubes son adecuados, pero podrían ser más rigurosos. «Deben incluir examen físico y antecedentes realizados por un cardiólogo, electrocardiograma, prueba de esfuerzo graduada y ecocardiograma. En niños y jóvenes se recomienda control anual, y en la edad adulta la periodicidad debe adaptarse al espectro de patologías cardíacas», señala.

Además, la especialista subraya la importancia de la capacitación en RCP y el uso de desfibriladores externos automáticos (DEA). «Todas las personas pueden aprender RCP, incluso hasta los niños desde los 11 años pueden practicar y aplicar compresiones torácicas efectivas».

Finalmente, concluye: «es importante tener espacios cardioasistidos, estos lugares cuentan con los elementos necesarios para asistir a una persona en los primeros minutos tras un paro cardíaco y son fundamentales para salvar una vida. Cada segundo cuenta».