Europa en llamas: miles de bomberos trabajan para combatir los trágicos incendios forestales

Europa atraviesa uno de los veranos más duros en materia de incendios forestales en las últimas dos décadas. Desde Portugal hasta Turquía, pasando por España y Grecia, las llamas han obligado a evacuaciones masivas, muertes y graves pérdidas materiales y medioambientales. La prolongada ola de calor que golpea al viejo continente y a los fuertes vientos, complican la tarea de los brigadistas.

En Portugal, más de 5.000 bomberos combaten los incendios que arrasan el país, con diez grandes focos concentrados en el norte y el centro. El comandante de la Autoridad Nacional de Emergencias y Protección Civil (ANEPC), Mário Silvestre, explicó que este sábado 16 de agosto que «hoy ha sido un día extremadamente complejo desde el punto de vista del uso de los medios aéreos», debido al humo.

La región de Guarda, fronteriza con Salamanca, es una de las más castigadas. Allí, en Trancoso, un incendio se mantiene activo desde hace más de una semana, convertido en el más duradero del verano. En paralelo, en Sátão (Viseu), Arganil (Coímbra), Freixo de Espada à Cinta (Duero) y Pêra do Moço (Guarda) trabajan casi 3.000 efectivos, con 1.300 vehículos y 36 aeronaves hidrantes.

El propio Silvestre advirtió que la multiplicación de frentes en la Serra da Estrela «ha supuesto un esfuerzo muy significativo para el dispositivo, que ya se encuentra bajo una presión muy importante debido al incendio de Trancoso».

La ola de calor que atraviesa el país desde hace días no da tregua. El Instituto Portugués del Mar y la Atmósfera (IPMA) mantiene en alerta naranja a todas las regiones fronterizas con España por riesgo de incendios, y el Gobierno mantiene activa la alerta nacional desde el 3 de agosto.

Por la magnitud de las llamas, tres personas tuvieron que ser atendidas este sábado, dos de ellas bomberos, mientras nueve fueron trasladadas a hospitales. La primera víctima mortal se registró en la región de Guarda, donde un hombre murió en medio del fuego.

En medio de las investigaciones para conocer el origen de las llamas, la Policía Judicial detuvo a dos sospechosos: un joven de 19 años en Seia y una mujer de 32 en Guarda. Según las autoridades, el joven «habría provocado el incendio con una llama directa, sin motivo aparente, poniendo en peligro el bosque y las viviendas en plena Serra da Estrela», mientras que la mujer actuó tras un conflicto con sus vecinos y «habría provocado el incendio con una llama directa, utilizando un mechero, para asustarlos».

España registra cientos de hectáreas calcinadas

La situación en España es igual de dramática. El país vive una de las peores olas de incendios de su historia reciente, en medio de temperaturas que alcanzan los 44 grados. Decenas de miles de hectáreas han sido calcinadas en Galicia, Castilla y León y Extremadura, mientras los frentes activos superan la veintena.

Uno de los incendios más graves se registró en Molezuelas de la Carballeda, en Zamora, que dejó más de 31.700 hectáreas quemadas y dos víctimas mortales. Las autoridades lo califican ya como el incendio más grave en la historia del país.

Por la situación en el país, la Unidad Militar de Emergencias (UME) desplegó a 1.400 efectivos para colaborar en al menos 13 incendios, mientras que en Galicia se vive una situación crítica.

En Ourense, el fuego de Chandrexa de Queixa alcanzó las 16.000 hectáreas, convirtiéndose en el mayor registrado en Galicia. El presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, este sábado reconoció que la región vivía de nuevo «un día complicado» y reclamó al Gobierno central «más medios del Ejército» para labores de vigilancia y evacuación.

En Extremadura, el incendio de Jarilla reavivó el temor al dirigirse hacia Plasencia, tras haber calcinado más de 4.800 hectáreas. En Salamanca y León, en Castilla y León, otros fuegos forzaron evacuaciones y cortes de carreteras.

La falta de recursos en algunas zonas ha llevado a que los propios vecinos se organicen para salvar sus hogares. En Villardevos, en Galicia, residentes armados con cubos de agua y mangueras se enfrentaron a las llamas. «Tenemos que ir a los vecinos y ayudarnos mutuamente», dijo Basilio Rodríguez a Reuters, que criticó la falta de apoyo aéreo: «Los aviones vienen de todos lados, pero no vienen aquí».

José Álvarez, otro vecino, resumió la situación con crudeza: «Llevamos cuatro días trabajando sin parar, sin dormir, ayudando a todos los pueblos de los alrededores», consignó a Reuters.

De acuerdo a los reportes preliminares, la superficie arrasada es equivalente al tamaño de Londres.

Grecia: el Peloponeso vuelve a arder

Grecia también está en alerta, donde los incendios han arrasado más de 43.000 hectáreas en los últimos dos meses, de acuerdo con el Sistema Europeo de Información sobre Incendios Forestales (EFFIS).

El último foco surgió en Acaya, en el norte del Peloponeso, y obligó a desplegar un dispositivo con 39 bomberos y nueve medios aéreos. Protección Civil emitió alertas para los residentes de Livartzi y Kalavryta, pidiéndoles que se mantuvieran atentos a las instrucciones oficiales.

Aunque este incendio no afectó directamente a zonas habitadas, la región ha sido una de las más golpeadas en la temporada, con más de 10.000 hectáreas destruidas entre bosques y cultivos.

Las altas temperaturas y el viento han favorecido la propagación de los focos en distintas islas y zonas continentales, desbordando la capacidad de respuesta de los bomberos.

Turquía evacúa a miles de personas

En la provincia turca de Mersin, a orillas del Mediterráneo las llamas arrasaron unas 1.500 hectáreas de bosque y obligaron a evacuar a 1.800 personas. Según el ministro de Bosques y Agricultura, Ibrahim Yumakli, los incendios fueron controlados tras días de intensos trabajos, aunque el foco de Karamürsel, en el mar de Mármara, persiste.

De acuerdo a la agencia Anadolu, recuperado por EFE, en Mersin las autoridades confirmaron que una chispa provocada por la soldadura de una tubería desencadenó el fuego, lo que llevó a la justicia a ordenar prisión preventiva para el dueño de la empresa de obras y cuatro de sus empleados.

El ministro Yumakli reconoció un aumento significativo de los incendios este año, con más de 5.100 focos, de los cuales el 96% se originaron por acciones humanas. «El aumento está relacionado con el cambio climático irreversible», señaló. Y recordó que pequeños descuidos como una colilla o una quema de basura pueden convertirse en desastres de gran magnitud.

Con EFE y Reuters