
Santiago Gutiérrez es oriundo de Villa Carlos Paz, Córdoba y el viernes pasado logró un hito: nadó 13 horas 4 minutos solo con la fuerza de los brazos desde la localidad de Itatí hasta Corrientes capital, unos 70 kilómetros. Aquí su historia.
Muchas son las historias de superación que transmiten mensajes de esperanza, de impulso a desafiar los propios límites y obtener la satisfacción de que todo sacrificio vale la pena. Santiago Gutiérrez es ejemplo de ello.
El atleta cordobés es reconocido por superar sus propias limitaciones luego de sufrir un grave accidente el 29 de noviembre de 2012, en el que sufrió una lesión medular completa (médula cortada), que lo dejó en silla de ruedas. Lejos de guardar rencor, Santiago siempre tiene desafíos por delante.
El viernes 14 de febrero logró otro hito histórico: logró cruzar a nado el Paraná desde Itatí hasta Corrientes capital. En diálogo exclusivo con diarioepoca.com, Santiago sostuvo «me dedico a hacer travesías en aguas abiertas, también con bicicleta adaptada. Antes del accidente era guardavidas. Me había recibido como martillero y corredor público. Nací y vivo actualmente en Villa Carlos Paz», explicó.
«Cumplí un hito tremendo, siendo la tercera persona que hace ese trayecto de 70 kilómetros entre Itatí y Corrientes, pero la primera en condición de discapacidad con lesión medular, en condición de estar en silla de ruedas y nadando solamente con los brazos», destacó sobre su logro.
– ¿Qué te motivó a cumplir este desafío?
«Vi a un correntino, Nico Segurado, que lo había hecho hace varios años, cinco años más o menos, y ahí comenzó la idea mía de hacer ese trayecto. Anteriormente fui a hacer un tramo que es de 35 kilómetros entre Paso de la Patria y Corrientes, en el año 2022. Cuando terminé de nadar, inmediatamente me propuse nadar los 70 kilómetros. Lo vi como posible, como que sí se podía hacer, y resultó que en esta ocasión logré cumplirlo», compartió.
-¿Desde qué edad nadas y qué sentís por esta disciplina?
«Yo nado como cualquier persona común y corriente, desde los seis años más o menos, que nado para no ahogarme nada más, no por entrenamiento ni nada, y es algo que actualmente lo tomé como deporte para realizar mis travesías en aguas abiertas, que es algo maravilloso, es espectacular y me hace sentir muy bien».
Añadió: «No siento que tengo discapacidad cuando estoy nadando, sé que tengo limitaciones obvias, pero no por ello impedido de hacer hazañas y travesías grandes».
-¿Cómo te preparaste para nadar en el Paraná?
«Me preparo para nadar con entrenamientos en mi casa, invento ejercicios que me pueden servir para la disciplina, que pueden ser prácticos, y no puedo hacer todos los ejercicios que me gustaría hacer por estar en una posición incómoda, que es en silla de ruedas. Pero me manejo muy bien inventando ejercicios que me puedan servir para desarrollar y potenciar la natación. Entonces puedo pasar hasta más de 5 horas entrenando acá en mi casa».
Sobre la travesía Itatí-Corrientes, dijo «me entrené dos meses para nadar la prueba en enero y empecé a nadar en aquella oportunidad y llegué a los 22 kilómetros desde Itatí, río abajo, y no estaban dadas las condiciones mías para hacerlo porque había pasado mucho estrés la noche anterior faltando seis horas para la travesía y siendo muy tarde en la noche todavía, no tenía confirmada la embarcación de apoyo. Pasé muchos momentos de tensión, de nervios, que no podía concretar, y cuando lo tuve, obviamente dormí muy poco. Al otro día ya se sintió todo lo que había pasado, fueron casi 5 horas de negociar y poder tener la embarcación de apoyo. Entonces al otro día estaba con mucha acidez y tomaba agua y empezó a caerme mal y seguí tomando y comenzó a empeorar y decidí por cuestión de salud salir para que esa travesía no se convierta en un capricho, porque más adelante iba a tener el mismo resultado, iba a tener que salir».
-Aproximadamente a los 15-20 kilómetros te empezó a doler el hombro y rezaste, ¿qué lugar ocupa la fe en tu vida y qué te acercó a Dios?
«En esa ocasión hubo mucho viento además, que lo pasé muy bien, pero empezó en el primer intento empezó a doler el hombro derecho, a tener una contractura. Cuando volví pasé 15 días recuperando mi parte intestinal y sin entrenar, y antes del segundo intento ahí ya entrené solamente tres veces en el río, menos de 45 minutos cada vez que fui a entrenar, para mí ya era suficiente, estaba muy bien, cuidé mucho el hombro, pero bueno ya empezó la travesía con todo lo organizativo que fue muy prolijo, pero a los 15 kilómetros, empecé a sentir una pequeña puntada en el hombro derecho, y se fue agravando con el correr de los kilómetros.
«A los 40 kilómetros el dolor ya era tan insoportable que empecé a imaginar que se veía esa posibilidad de que no llegaría por el dolor y tendría que ser ayudado con una lancha a salir y terminar mi travesía en Paso de la Patria. Ya el dolor en el hombro empezó a pasar hacia el omóplato derecho en la parte superior y avancé los kilómetros, ya iba por las torres y me lamentaba diciendo qué lástima faltando tan poquito, me faltaban solamente 20 kilómetros y yo decía «no aguanto más, no puedo más, no puedo más» y empecé a descansar, agarrarme mucho el kayak para hacerme masajes y poder continuar y bueno seguí muy despacio, muy pero muy despacio y aguantando el dolor avancé, avancé kilómetro a kilómetro, tirando, tirando hacia adelante y así fue que pude lograrlo y ya en los 50 kilómetros cuando ya decir insoportable era poco, el dolor, mi oración a Dios, mi pedido a Dios fue que no permita que por segunda vez tenga que regresar a mi casa con las manos vacías».
«La verdad que respondió mi oración el Señor y logré llegar y es el resultado además de muchas oraciones, de muchísima gente, mucha gente de Corrientes, de Resistencia y distintos lugares del mundo, amigos, estuvieron apoyándome en oración cuando yo volví del primer intento ayuné, oré y tuve el éxito de esa forma», dijo como hombre de fe.
-En lo personal, ¿Qué significa para vos ser el tercero en Argentina en conseguir este logro?
«La respuesta a mi oración fue haber logrado ese resultado, ser la tercera persona en lograr cubrir ese trayecto nado es enorme, no hay personas que estén en mi condición, con mi discapacidad, nadando esa cantidad de kilómetros en un río tan complejo, tan peligroso como el Paraná. Para mí es un orgullo poder ver testimonio de mi fe en Dios y poder honrar a Dios y a la vez en esta provincia tan hermosa como es Corrientes, poder honrar a los veteranos de guerra que fue la provincia que más soldados envió a la guerra de Malvinas, tengo amigos veteranos correntinos», explicó.
-¿Cuál es tu mensaje en cuanto a superación y perseverancia para alcanzar esta clase de logros?
«Mi mensaje es que la gente debe esforzarse, debe tener fe en Dios, hablo de lo que a mí me resulta, fe, esperanza en Dios, disciplina, constancia. Ponerse un objetivo alcanzable y perseguirlo, entrenarse, autodisciplinarse, reinventarse. Si no sale de una forma buscarle la vuelta de otra manera, las frustraciones son partes de la vida, suele ocurrir que nos frustramos, que hay cosas que nos causan dolor en la vida, que nos frenan, pero creo que todos se pueden superar, que todo puede ser positivo y se puede lograr una buena conexión con las demás personas».
Asimismo dijo «no siempre vamos a estar con una sonrisa enorme por las calamidades que pasamos, pero sí podemos sonreír más allá de todo, si se puede, si se debe tener fe, si se debe creer en Dios y con él todo es posible cada uno de mis logros, haber cruzado la Cordillera de los Andes en una bicicleta de mano, subir a casi 5.000 metros sobre el nivel del mar hace cinco meses atrás, cruzar el Canal Beagle entre Chile y Argentina sin usar traje de neoprén, unir nuestro país con todos los países limítrofes, incluso entre Perú y Bolivia, si se puede, si se puede hacer, si se puede encontrar una solución, si se puede bajar la guardia y no vivir siempre peleando, no vivir siempre en discusiones, en debates innecesarios», resaltó.
Agradecimientos
Santiago agradeció a todos quienes de una u otra manera lo apoyaron en este desafío, «para mí es un orgullo muy grande recibir también ayuda para poder lograrlo de un equipo maravilloso, fue gente de Buenos Aires, de Carlos Paz, de Corrientes. Conformamos un hermoso equipo y cada uno hizo, con aciertos y errores, su aporte para poder lograrlo. Incluso el vicegobernador Pedro Braillard Poccard me ayudó y me impulsó para poder conseguir este hermoso reto, este desafío, gran desafío que me llevó a cubrir ese trayecto 13 horas 4 minutos». También «gracias a la gente de Itatí, a la municipalidad que han estado conmigo, ayudándome».
Nuevos desafíos
El atleta cordobés ya se fijó nuevos desafíos, «es increíble lo que viví y mi deseo es poder llegar a nadar en la Antártida Argentina, si es posible el año que bien, Dios quiera. Y me gustaría mucho poder nadar en Israel, cruzando a nado el hermoso mar de Galilea en Israel, son sueños, son deseos, Dios quiera que se pueda lograr», anheló.

Diario Época